domingo, 31 de mayo de 2009

EL INFLUJO LORQUIANO DE LA BÚSQUEDA

El mundo del arte, en general, y el de la música, en particular, se rigen por reglas que, en el fondo, nadie acaba de comprender al cien por cien. Escribo esto a propósito de uno de los grupos musicales más personales, genuinos e inteligentes del panorama musical de este país, pero al mismo tiempo, uno de los más incomprendidos y desconocidos: La Búsqueda.
La Búsqueda nació en el ya lejano 1985, en Mallorca, en torno a la figura del guitarrista, compositor y cantante Xisco Albéniz, uno de los músicos más inclasificables que ha dado esta España mía, esta España nuestra. Pero hasta 1988 no apareció su primer disco, de título homónimo, y publicado por DRO. Un mini elepé de seis temas que ya contenía el embrión de lo que sería el universo personal e intransferible de estos músicos: raíces folk, instrumentos atípicos en el mundo del pop (trompetas, cellos, violines, castañuelas, etc.), un profundo conocimiento de la tradición que los lleva, al mismo tiempo, a coquetear descaradamente con las vanguardias, los aromas mediterráneos que impregnan sus composiciones, los toques fronterizos y unos textos poéticos como pocos se han escrito por estos lares, siendo particularmente destacable la influencia del Lorca más trágico, más cercano a la muerte. No en vano, en aquel primer álbum, destacaba una maravillosa adaptación del Romance lorquiano “Reyerta” al que ellos titulan “Los ángeles del barranco”. A la sombra de aquel primer disco, visitan México, Francia, Portugal y otros países europeos. Hay que destacar el éxito (siempre entre comillas, por supuesto, pues tratándose de La Búsqueda todo es minoritario) que cosecharon en Francia, llegando a participar en festivales de renombre en el país vecino.
En 1991 graban su segundo disco, editado también por Discos DRO: La rueda de la fortuna, con una de las portadas más hermosas de la historia de la música española. Este segundo álbum, grabado con más medios técnicos, y por tanto, con mejor sonido, ahondaba en las mismas coordenadas estéticas que ya hemos mencionado y contenía temas hermosísimos como “Testigos de mi querer”, “Carmencita” o “La rueda de la fortuna”.
Pero un cambio de miembros en la formación y un cambio de compañía discográfica, hace que su siguiente disco, Psicolatin, no aparezca hasta 1996. Ahora se decantan por una pequeña compañía independiente, Disc Medi/Blau, y, aunque las canciones que conforma este álbum, siguen teniendo ese genuino sabor misterioso y exótico de los dos discos anteriores, está claro que ahora el grupo se decanta por otros derroteros. Psicolantin mama directamente de los Rolling Stones de Brian Jones, de aquellos discos donde se funden sin complejos Oriente y Occidente. Diez temazos a cada cual mejor, letras hermosas, rebosantes de belleza, con una sonoridad propia, con una voz profunda y emocionante. Diez temas de los cuales es difícil quedarse con alguno, pero si tuviera que elegir entre uno de ellos, me quedo con “Mi prisión de fuego”, donde la magnética voz de Xisco Albéniz canta versos como: “Mi prisión de fuego serás tú / y mi hogar las tabernas del sur / no necesito nada más / Dios dirá si tengo que pagar.”
Después de Psicolatin, se produce una nueva remodelación entre los miembros de La Búsqueda y un nuevo parón. Hasta que en el año 2004, publican el que hasta la fecha es su último disco: Los penitentes (Grabaciones en el Mar, 2004). Entre ambos discos, Xisco Albéniz compone la banda sonora del cortometraje Zu Vercaufen (2000), del director Pere Salom, con la que gana el Premio a la Mejor Banda Sonora Original en el Festival Internacional de Sitges, concedido por la SGAE en la Sección de Cortometrajes. Los penitentes viene precedido por el CD single Las cosas que no se ven, editado en 2002 por Isladencanta Records.
Los penitentes es una magnífica colección de canciones, trece en total, donde el grupo parece renegar del sonido de su anterior disco, y vuelve a sus orígenes, es decir, al predominio de la guitarra española, a los aires fronterizos con un ligero toque western, a las cuerdas, al gusto poético más lorquiano, o tal vez sería más preciso decir más granadino que nunca, en temas como “Tambores de Boabdil”, “Occidente se muere” o “Mi duende”, donde se habla explícitamente de la Alhambra y de las Alpujarras.
No sabría decir si a día de hoy La Búsqueda sigue existiendo como grupo o si han sucumbido, hastiados ante tanta mediocridad musical con la que nos toca vivir día a día y hartos del desprecio de una industria que no ve más allá de su nariz. Ojalá que no haya sido así y que un día de estos, por sorpresa, se acerquen hasta Granada a regalarnos uno de sus maravillosos conciertos.

sábado, 30 de mayo de 2009

Cañizares, el aborto y el abuso a menores

Recientemente, el que fuera obispo de Granada, el cardenal Antonio Cañizares ha dicho que, en su opinión, un aborto es infinitamente peor que abusar de un menor. Esto lo decía a propósito de la nueva Ley del Aborto que se prepara en las Cortes y de la noticia que ha saltado a la luz pública de los abusos sistemáticos a menores en colegios católicos de Irlanda entre los años 1950 y 1980. A mí me da que su opinión tiene que ver con que los curas no abortan (ellos directamente, quiero decir) y sin embargo, sí que son muy dados a los toqueteos, a los abusos y a las violaciones, preferiblemente de menores, pero también de beatas.
No voy a negar que en los útlimos años mi sentimiento anticlerical manifiesto y claro se ha ido acentuando. Como se dice en mi pueblo, no quiero a un cura ni en pintura. Pero es que con noticias de este tipo, o con otras relacionadas, como el uso de células madre en medicina, o el posicionamiento de la Conferencia Episcopal contra los matrimonios gays, ¿cómo podría uno estar mínimamente de acuerdo con ellos? En los últimos treinta años, la Conferencia Episcopal ha ocupado claramente el espacio que ha ido perdiendo la extrema derecha y está claro que no se dan cuenta de que la sociedad camina por un lado y la iglesia católica por otro completamente distinto. Lo malo es que no dejan de joder.

jueves, 28 de mayo de 2009

Miami, de Andrés Calamaro (fragmento)

Vivo el mejor tiempo de mi vida,
transformaste mi pena en poesía,
ahora puedo lo que no podía,
y también quiero eso que no quería.
Gracias por tu confianza
y por tu inteligencia
por toda tu belleza, amor.

Vivo despertando desde que te encontré.

martes, 26 de mayo de 2009

domingo, 24 de mayo de 2009

EL ESTUDIOSO DE LA SUERTE

Erick Van der Hycke, eminente filósofo, alquimista, crítico literario, poeta y médico holandés, que vivió a finales del siglo XVII y principios del XVIII ––no existe un solo dato fiable que nos ayude a establecer las fechas con precisión, o al menos no hemos sido capaces de encontrarlo–– en la ciudad de Amsterdam, escribió, entre otros muchos ensayos y obras de ficción, un célebre Tratado sobre la suerte en diez volúmenes, en el que llevaba a cabo un exhaustivo estudio sobre numerosos aspectos relacionados con la presencia o ausencia de la suerte en la vida de algunas personas famosas.
Van der Hycke contaba en su tratado, a propósito del dramaturgo británico William Shakespeare, y cito literalmente del Volumen Tercero, página 83, que, “ha quedado ampliamente demostrado, que cada vez que iba a estrenar una nueva obra teatral, Shakespeare llevaba a cabo un ritual para conjurar positivamente a la suerte. Este ritual consistía básicamente en dos partes: en las horas previas al comienzo de la representación, primero se masturbaba frenéticamente en algún lugar discreto del teatro en el que tendría lugar el estreno de la obra, y después se bebía de un solo trago una jarra de cerveza por cada actor que desempeñara un papel, por breve que éste fuera, en la función. Es decir, si en una comedia como El sueño de una noche de verano participaban trece actores, el dramaturgo se tomaba trece jarras de cerveza de otros tantos tragos.” Y añadía Van der Hycke: “Qué duda cabe que, a pesar de la excentricidad del sortilegio empleado por Shakespeare, sobre todo en lo que a la cuestión sexual se refiere, éste podría calificarse de espléndido, pues sin duda su fiabilidad era absoluta, si tenemos en cuenta el éxito que, ya en vida, cosechó el poeta de Stradford-Upon-Avon.”
En el mismo libro se revelaban aspectos similares referidos a otros artistas, y no sólo de escritores, sino de pintores, escultores e incluso científicos. Por ejemplo, cuenta Van der Hycke (Volumen Sexto, página 157), que el polifacético artista italiano Leonardo da Vinci fue uno de los personajes más supersticiosos que nos ha deparado la Historia. De tal manera que si, por ejemplo, una mañana al dirigirse a su estudio, se cruzaba con una persona tuerta, se daba inmediatamente la vuelta, volviendo sus pasos de nuevo hacia su casa, donde se encerraba durante el resto del día, metiéndose en la cama como si de una enfermedad grave se tratase, y no volvía a salir a la calle hasta el día siguiente.
Pero sin duda, el colmo de la superstición lo encontramos en el artista español Gregorio de Valcácer, famoso pintor contemporáneo de Velázquez, que vivió en la ciudad de Toledo y que, aunque hoy prácticamente olvidado, en su época recibió encargos tanto de la nobleza como de la mismísima familia real, alcanzando cierta notoriedad entre los aficionados a la pintura de toda Europa.
Según cuenta Van der Hycke en el apartado de su libro dedicado a los pintores (Volumen Noveno, página 277 y ss.), Valcácer estaba obsesionado con las supersticiones hasta límites insospechados. Además de todas las conocidas –gatos negros, espejos que se rompen, pasar por debajo de una escalera, un salero que se derrama y un largo etcétera– él acuñó otras tantas de su propia invención.
Destaca Van der Hycke que el pintor toledano llegó a quemar uno de sus cuadros más importantes, el conocido como “Su Alteza Real en un día de caza” y, sin lugar a dudas, el que le hubiese abierto las puertas del Olimpo de la pintura europea de la época, porque cuando estaba dándole los últimos retoques, un caballero albino que había llegado a Toledo por aquellos días, visitó su estudio para hacerle un encargo. Y es que en aquel tiempo, una persona albina era considera como un enviado del maligno, un ser diabólico, el mal personificado y, por supuesto, se tenía la férrea convinción de que acarrearía la desdicha a todo aquel que tuviera la desgracia de relacionarse con él. Por esto, Valcácer pensó que aquel cuadro sólo traería desgracias, tanto a él como a aquellos que se lo habían encargado, por lo que la única solución pasaba por destruirlo. Y, en efecto, así lo hizo, renunciando con toda seguridad al éxito y a la fama eterna.
Paradójicamente, no se puede afirmar que el propio Erick Van der Hycke fuese un hombre con suerte ya que, a pesar de haber estudiado durante tanto tiempo –hay quien dice que más de la mitad de su vida la consagró a este proyecto– las mil y una maneras de atraerla, la diosa Fortuna siempre se mostró esquiva con él. Y si no, juzguen ustedes mismos.
Fue expulsado de la Universidad de Amsterdam, donde impartía clases de Filosofía y de Medicina, por sostener públicamente, entre otras muchas cosas, que el hombre era dueño de su propio destino y Dios un mero espectador. Algunos meses más tarde, su esposa lo abandonó cuando él estaba atravesando una terrible crisis, provocada en parte por el despido, y por tanto, se podría afirmar que era el momento en que más la necesitaba. Van der Hycke descubrió –casualmente, como suelen ocurrir estos dramáticos acontecimientos– que su esposa lo había estado engañando desde el mismo día en que contrajeron matrimonio, con numerosos amigos, e incluso con un pariente cercano, un tío del propio Van der Hycke, rico mercader, mecenas de numerosos artistas de la ciudad de Amsterdam. Según contaba la esposa a sus amigas más allegadas, Van der Hycke no la satisfacía en el plano sexual, mientras que con el tío disfrutaba hasta límites insospechados.
También sus deudas de juego se multiplicaron escandalosamente hasta que, por último, se arruinó completamente jugando una partida de dados. Por si todo esto fuese poco, y debido a su exacerbada afición a ir de putas, contrajo una terrible enfermedad venérea que lo dejó prácticamente ciego antes de cumplir los cincuenta y lo obligaba a rascarse continuamente cualquier parte de su cuerpo, pero sobre todo sus partes más íntimas, tanto en público como en privado. Como colofón, este hombre sabio que tanto había hecho por ayudar a sus congéneres, murió asfixiado cuando daba cuenta de un muslo de pavo asado y una jarra de cerveza, en una taberna del Barrio Judío de Amsterdam, el día de Nochebuena, ante la indiferencia total de los que lo rodeaban.

martes, 19 de mayo de 2009

VIDAS EJEMPLARES (William Burroughs)

William Burroughs es el peor escritor de la historia de la literatura universal. Sus novelas son las más ininteligibles, pretenciosas, soporíferas, hiperbólicas, desagradables, escatológicas, inverosímiles, tediosas, improvisadas, desordenadas, oscuras, aburridas, dementes, pesadas, deprimentes, confusas, absurdas, opacas e imprecisas que se han escrito desde que existe el oficio de escribir. Sin embargo, ¡qué vida tan apasionante la suya! ¡Cuántos episodios dignos de figurar en una novela! Asesinatos, adicciones de todo tipo, sexo de todo tipo, viajes reales e imaginarios, divorcios, más sexo de todo tipo, más adicciones de todo tipo, etcétera, etcétera. ¡Qué gran ejemplo para la juventud, el viejo Burroughs! ¿Se puede pedir más a la vida?

Pies hermosos, de Mario Benedetti

La mujer que tiene los pies hermosos
nunca podrá ser fea
mansa suele subirle la belleza
por tobillos pantorrillas y muslos
demorarse en el pubis
que siempre ha estado más allá de todo canon
rodear el ombligo como a uno de esos timbres
que si se les presiona tocan para elisa
reivindicar los lúbricos pezones a la espera
entreabir los labios sin pronunciar saliva
y dejarse querer por los ojos espejo
la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza.

domingo, 17 de mayo de 2009

El pintor cordobés Rafael Quintero y los Versos de alambre de espino

Hoy estoy contento. En realidad se puede decir que hoy estoy muy contento. Y es que no es para menos. Mientras en mi equipo de música suenan los Surfing Bichos (tengo puesto el disco Hermanos carnales), abro el correo electrónico y encuentro un correo de mi amigo, el magnífico pintor, artista cordobés Rafael Quintero. Rafa se ha encargado de maquetar e ilustrar con sus dibujos duros, hipnóticos, insinuantes, afilados, únicos, los poemas que integran mi próximo poemario. Se llamará Versos de alambre de espino, y será editado por la editorial granadina Alhulia. Mi alegría se debe a que en ese correo venía la versión definitiva del libro, la que entrará, si nada lo impide, mañana mismo en imprenta. Rafa y yo hemos trabajado muy duro en el libro, de manera conjunta, de la mejor forma que sabemos. Rafa es una de las pocas personas que conozco con las que puedo trabajar así, porque nos conocemos ya desde hace mucho tiempo, y además de un artista como la copa de un pino, me conoce muy bien y sabe por dónde respiro y sabe cómo amansar a la fiera, que a veces se desboca. Además de todo eso, entre los dos existe una complicidad estética y vital que trasciende el ámbito de la amistad. Los dos compartimos nuestra pasión por músicos como Dylan, Waits, Cohen, Auserón, etc.; por películas como Blue Velvet o Fargo, por escritores como Bukowski o Gifford, y por otros mil nombres que sería imposible transcribir aquí. Y es que Rafa Quintero es un tipo con un bagage cultural que tira de espaldas. Cuando ha llegado el correo lo he abierto rápidamente y lo he estado mirando con tranquilidad, fijándome en los detalles. Y he llegado a la conclusión de que será un libro de puta madre. Gracias a Rafa, por supuesto.

viernes, 15 de mayo de 2009

BOB DYLAN: PENETRANDO EN EL CORAZÓN DEL LABERINTO (3ª parte y última)

La tercera y última entrega publicada al unísono por Global Rhythm Press y la Editorial Alfaguara es Letras, 1962-2001, el libro que compila todas las canciones que Bob Dylan ha publicado entre los años 1962 y 2001, en realidad, todas las letras de su discos excepto las del último álbum, el magnífico Modern times. Podemos decir que en este libro se encuentra la verdadera esencia de Bob Dylan, aquello por lo que sin duda pasará a la historia de la música popular, sus extraordinarios versos. En palabras de Francisco García, uno de los dylanitas más importantes de nuestro país, autor del libro Bob Dylan en su edad de oro (1997-2007), Letras, 1962-2001 es el más importante “canon actualizado del que se dispone y supone un libro de referencia imprescindible para cualquier aficionado. “
No es esta la primera traducción al castellano de las canciones de Bob Dylan, pero sí la más completa. Publicado en una edición bilingüe de lujo, de la traducción se han encargado Miguel Izquierdo y José Moreno, (aunque en un principio el traductor iba a ser el escritor argentino Rodrigo Fresán, por razones que no han trascendido éste abandonó el proyecto cuando ya estaba prácticamente acabado), 1280 páginas conteniendo las versiones originales en inglés y su correspondientes adaptaciones al castellano, todas las canciones originales incluidas en los álbumes oficiales más algunas que sólo están grabadas en maqueta, como “Long Ago”, “Ain’t A-Gonna Grieve” o “Guess I’m Doing Fine”. Además las canciones llevan anotaciones y comentarios escritos por Alessandro Carrera, autor de la versión italiana del libro, que ayudan a entender en toda su extensión el imaginario del autor. Este sí es el gran libro de uno de los poetas más interesantes y originales de cuantos ha dado la lengua inglesa a lo largo de su existencia. Y no piense nadie que exagero. Los versos de Dylan son majestuosos, ingeniosos, épicos, hermosos, humorísticos, apocalípticos, burlones, míticos. En ellos abundan las metáforas extravagantes, los juegos de palabras asombrosos, las imágenes surrealistas dignas del mejor Buñuel. Letras 1962-2001 es un gigantesco laberinto que cubre cuatro décadas de escritura, y en el que Bob Dylan nos ayuda a penetrar paso a paso, despacio, sin precipitarnos, como se deben hacer las cosas que importan en esta vida, con toda la tranquilidad que una empresa de estas características merece, hasta llegar hasta su mismísimo corazón. Un libro en el que se puede rastrear el origen de la genialidad de su autor: desde las fuentes bíblicas a las canciones infantiles, desde el Don Juan de Lord Byron a los Sonetos de Shakespeare, desde las películas de John Huston a la prensa diaria. En estas páginas están todas las caras de Bob Dylan: su posicionamiento social y político en temas como “Masters of war” o “The lonesome death of Hattie Carroll”; la introspección de “My back pages” o “Chimes of freedom”; el simbolismo de “Maggie’s farm” o “Love minus zero”; el existencialismo apocalíptico de “Desolation row”; las metáforas surrealistas de “Rainy day women #12 & 35” o “Stuck inside of Mobile with the Memphis blues again”; el desgarro amoroso de “Shelter from the storm” o “Tangled up in blue”. Las obras completas de uno de los grandes, porque Dylan, como los grandes maestros, es capaz de inspirarse en el acontecimiento más importante pero también en el más banal, pues no debemos olvidar que una de las principales características de los genios es que son capaces de penetrar en el corazón del laberinto cuando los demás no hemos empezado siquiera a caminar.

BIBLIOGRAFÍA
- Crónicas vol. I, Barcelona: Global Rhythm Press, (2005).
- Tarántula, Barcelona: Global Rhythm Press, (2007).
- Letras, 1962-2001, Barcelona: Global Rhythm Press, (2007).

miércoles, 13 de mayo de 2009

Algunas reflexiones sobre la muerte de Antonio Vega

Escribo esto antes de irme a la cama en un día muy triste, porque se nos ha ido para siempre el gran Antonio Vega. Hoy ha sido un día repleto de emociones para mí. Desde que me enteré no he dejado de pensar en Antonio. Y es que la muerte, la de cualquiera, pero mucho más la de alguien cercano a nosotros (y no es que Antonio fuese mi amigo ni nada por el estilo, pero...) digo, la muerte siempre nos hace reflexionar, nos hace cuestionarnos algunos comportamientos de los que vemos a diario, nos hace pensar si nuestra vida es como debiera ser. Mucho se ha hablado hoy en los medios de la vida personal de Antonio. Y yo me pregunto: ¿tiene alguien derecho a cuestionar la manera en que él decidió vivir? La respuesta es, obviamente, no. Antonio Vega vivió como le salió de la polla. Así de claro. Y además tengo el convencimiento de que ha sido un tío feliz. Amó y fue amado. compartió y creó belleza. Y la regaló. Vivió intensamente, tuvo sueños y deseos. Y ante todo fue un ser libre que no se asustó de los convencionalismos sociales.
Estoy seguro de que ya, en estos momentos, en algún lugar perdido, al doblar cualquier esquina, en una de esas estrellas que tanto le gustaba mirar, casi por casualidad, Antonio se ha encontrado con Marga, su Ángel de Orión. La ha tomado de la mano y sonriendo le ha dicho cuánto la echaba de menos y cuánto la ama. Y también le habrá dicho que esta vez estarán juntos para siempre, para toda la eternidad. Que nada ni nadie podrá separlos...

martes, 12 de mayo de 2009

Antonio Vega ha muerto...

Antonio Vega ha muerto esta mañana en un hospital de Madrid. Descanse en paz. Gracias por haber existido.

sábado, 9 de mayo de 2009

Antonio Vega

Acabo de leer en www.efeeme.com que el músico, compositor, cantante, guitarrista español Antonio Vega está hospitalizado. Según efeeme no se sabe muy bien qué tiene, pero se rumorea que puede ser neumonía o incluso cáncer de pulmón. Esta notica me ha dejado hecho polvo porque Antonio es uno de mis grandes referentes musicales desde los tiempos inmemoriales de Nacha Pop. Su música me ha acompañado a lo largo de más de 25 años, en los buenos momentos, en los malos y en los regulares. Siempre ha estado ahí, como el más fiel de los colegas. Lo he visto en directo siempre que he tenido ocasión y siempre me ha cautivado su manera de cantar, sus extraordinarias letras y sobre todo, esa forma suya de ser y estar en el mundo. Antono es una persona muy introvertida, que siempre ha ido a lo suyo, huyendo de la fama, de los mamoneos de la industria musical, dedicándose a lo que realmente le ha gustado que no es otra cosa que cantar y componer como nadie lo ha hecho en lengua castellana. Ahí están sus canciones para demostrarlo: "El sitio de mi recreo", "Lucha de gigantes", "Desordenada habitación", "Chica de ayer", "Atrás", "Magia y precisión", "Háblame a los ojos", "Ángel de Orión", "Caminos infinitos", "Cada uno su razón", "Océano de sol" y un larguísimo etcétera. Ojalá que Antonio supere sus problemas de salud y muy pronto esté componiendo y ofreciendo conciertos como el último que nos regaló en la sala El Tren de Granada. Ojalá.
Dejo aquí, como homenaje para el gran Antonio, un poema que escribí hace más de diez años y que iba incluído en mi primer poemario, Los poemas del frío. El poema se titula "Tesoros" y estaba dedicado, cómo no, al autor de "Una décima de segundo":



TESOROS


La bondad infinita de tu voz
me hace sentir
un océano de emociones.
Tu sinceridad me conmueve
profudamente.
Me hablas de olas, girasoles
y ángeles caídos.
De lugares maravillosos
donde se recrea tu alma.
Te paseas por el filo
de la navaja
manteniendo un difícil equilibrio
y proyectas tu cuerpo
hacia otras galaxias
sin moverte de tu cama.
En tu mente fluyen canciones
que algún día lo serán,
mezclas acordes,
emborronas partituras
y me muestras fotogramas
de otras vidas.
Buscas tesoros en islas solitarias
sin otro mapa que el de tu imaginación
y me regalas retazos de felicidad
que jamás podré devolverte.

El Plan Bolonia

Hace un tiempo los mercaderes de la Unión Europea decidieron que ya estaba bien de que las universidades europeas fuesen como habían sido hasta ahora: lugares donde se estudiaba, se discutía, se investigaba, en una palabra, donde el espíritu humanista europeo daba lo mejor de sí mismo. Esos mercaderes pensaron que a partir de ahora, las universidades europeas estarían al servicio de la empresa privada, y si la universidad no iba a MacDonal, MacDonal iría a la univesidad. Para ello inventaron el Plan Bolonia, que no es otra cosa sino el neoliberalismo aplicado a la universidad, ese neoliberalismo que nos ha llevado al callejón sin salida en el que se encuentra hoy por hoy medio planeta. Lo peor del caso es que como ya ha ocurrido con otros muchos planes, recortes, reconversiones industriales, etc., etc., son los socialistas los que lo defienden con más ahínco y los que al final lo llevarán a la práctica, pasando como un rodillo sobre todo aquel que discrepe de ellos. Como ya ha ocurrido en nuestro país con la educación infantil, primaria y secundaria, los socialistas acabarán potenciando la educación privada, porque es la que a ellos les tira, porque a los centros privados es a donde llevan a sus hijos, porque no quieren que se junten con las hijas y los hijos de las clases populares. ¡¡¡NO A BOLONIA!!!

BOB DYLAN: PENETRANDO EN EL CORAZÓN DEL LABERINTO (2ª parte)

El segundo libro que edita Global Rhythm Press es el volumen autobiográfico Crónicas vol. I, publicado en los Estados Unidos el cinco de mayo de 2004 y en nuestro país un año después. El libro fue escrito durante los ratos muertos que el músico pasa en los hoteles de medio mundo entre concierto y concierto y tratándose del Bob Dylan ya se pueden imaginar que no es un libro de memorias al uso. Se trata más bien de una serie desordenada de acontecimientos vitales, pero sin seguir un orden lineal como haría cualquier otro autor que se propusiera contarnos su vida. Para empezar, desde el mismo título ya se nos avisa de que nos enfrentamos a una visión incompleta de la vida de Dylan, pues estamos ante un volumen I, por lo cual se da por sentado que a este primer volumen seguirá alguno más.
El libro está dividido en cinco capítulos, cinco ensayos sin conexión aparente unos con los otros, con saltos espacio-temporales que pueden descolocar en cierta medida al lector que no esté familiarizado con la biografía de Dylan. En los dos primeros, titulados “Pulir la partitura” y “La tierra perdida”, respectivamente, y en el último, llamado “Río de hielo”, Dylan nos habla de sus primeros tiempos, cuando trataba por todos los medios de abrirse camino como cantante de música folk, aquellos años en que Bob Dylan aún no es ese mito que llegaría a ser sólo un par de años más tarde, convirtiéndose en portavoz de toda una generación y de todo un sistema de valores, por más que le pesara después. Son los años de aprendizaje en Nueva York, intentando tocar en garitos como el Café Wha, el Gaslight y otros lugares emblemáticos del Greenwich Village neoyorquino. Estos tres capítulos están repletos de nombres propios de músicos, de poetas y novelistas, de personajes históricos americanos que influyeron al maestro, que en aquella época era una esponja que absorbía todo a su alrededor para, acto seguido, regurgitarlo convertido en algo completamente distinto. Por estas páginas aparecen nombres como los de Woody Guthrie, Dave Van Ronk, Roy Orbison, Lord Byron, Jack Kerouac, Robert Johnson, Hank Williams, James Joyce, Honore Balzac, Anton Chejov, Archibald MacLeigh y un largo etcétera. Todos ellos, y según escribe el propio Dylan, ayudaron de una u otra manera a que se convirtiera más tarde en el carismático cantautor que todos conocemos.
El tercer capítulo, titulado “New Morning” (al igual que el álbum que publicó en 1970), narra las vicisitudes que vivió precisamente en los meses inmediatamente anteriores y durante la grabación de dicho disco. Estamos en los primeros años setenta y Bob Dylan está completamente harto de que su público lo considere una especie de personaje mesiánico, portavoz de su generación. Él, por su parte, sólo desea vivir con su familia una vida hogareña, alejada de las grandes metrópolis americanas, en la tranquilidad que le ofrece un pequeño pueblo desconocido, rodeado de una naturaleza salvaje y paradisíaca, donde pueda pescar, jugar al baloncesto o el baseball o salir de picnic con sus hijos. Son los años en los cuales cambia constantemente de residencia y en los que tiene que recurrir incluso a las armas para poder defenderse de fanáticos que llegan al extremo de rebuscar en su basura en busca de información sobre su ídolo.
La cuarta parte, tal vez la más atractiva desde el punto de vista de un melómano, se titula “Oh, Mercy”, y al igual que en el tercer capítulo, narra diferentes aspectos de las sesiones de grabación del álbum homónimo, producido por Daniel Lanois. En 1987 Dylan era un músico de vuelta de todo, apático, desgastado, sin fuerzas prácticamente para darle la vuelta a una situación que lo estaba asfixiando vital y artísticamente. Ya no disfrutaba tocando en directo y apenas era capa de coger un bolígrafo y escribir unos versos decentes. Dylan cuenta cómo salió de ese pozo en el que se estaba ahogando, qué hizo para reinventarse de nuevo y catapultar una carrera que agonizaba hasta el lugar de privilegio en que se encuentra en la actualidad.
A diferencia de Tarántula, Crónicas vol. I es un libro claro y conciso, en algunos pasajes me atrevería a decir que llega a ser diáfano, que no se pierde en vericuetos lingüísticos, y que no necesita de dobles lecturas para comprenderlo en toda su extensión, un libro de una lucidez extrema, que atrapa al lector desde los primeros párrafos y ya no lo suelta hasta que se termina. Si los volúmenes siguientes van a ser de esta categoría literaria, que a nadie le quepa la menor duda: ya estamos deseando que se publiquen.

jueves, 7 de mayo de 2009

BOB DYLAN: PENETRANDO EN EL CORAZÓN DEL LABERINTO (1ª parte)

Desde hace unos años la figura de Bob Dylan ha alcanzado tal magnitud que es imposible aproximarse a ella sin sentir vértigo. Ocupa portadas en revistas especializadas y de información general, es objeto de películas como la que recientemente dirigió Martin Scorcese, No direction home, sus recitales —no olvidemos que desde el mes de junio de 1988 está inmerso en la “Gira de nunca acabar” que lo lleva a actuar en cualquier ciudad del mundo un día sí y otro también— se cuentan por llenos absolutos, sigue editando álbumes absolutamente demoledores que le han hecho estar de nuevo en la cresta de la ola, se le otorgan premios como el Príncipe de Asturias de las Artes y se le nomina al Premio Nobel de Literatura; su obra y su vida están siendo estudiadas hasta el más mínimo detalle. Por poner un solo ejemplo, si se introduce su nombre en el buscador de internet Google, aparecen más de 25.800.000 entradas. Y como señala Felipe Cabrerizo, existen más de cinco mil libros dedicados a estudiar algún aspecto de la ingente obra del genio de Minnesota. Cada vez resulta más normal encontrarse con uno de esos fans que se han dado en llamar “dylanitas”, y que no son otra cosa que adoradores extremos del ídolo, es decir, fans que siente una veneración cuasi religiosa por todo lo que tenga que ver con el autor de “Blowin in the wind”, comparándolo sin ningún tipo de pudor con personajes de la talla de Ghandy o el mismo Jesucristo.
Con todo esto, es evidente que cada vez resulta más complicado decir algo original sobre este músico que revolucionó el concepto de música popular. No obstante, vamos a hablar sobre tres libros que han sido publicados recientemente en nuestro país por la editorial barcelonesa Global Rhythm Press. En este caso, la originalidad radica en que estos tres libros son obra del propio Dylan, es decir, él es el autor del contenido de esos libros, mostrando otra faceta artística de su personalidad que no es demasiado conocida popularmente.
El primero de estos libros es Tarántula, una obra escrita en 1966, (año en que Dylan parió también uno de sus discos emblemáticos, el extraordinario Blonde on blonde), pero que no fue editada hasta 1971, entre otros motivos, debido al misterioso accidente de motocicleta que lo tuvo fuera de juego durante unos años. No es la primera vez que este libro se publica en nuestro país (existen dos ediciones anteriores, una de 1976, traducida por un tal Horacio Quinto y editada por Producciones Editoriales Juan José Fernández Ribera y otra de 1996, editada por Ediciones Júcar en su popular colección Los Juglares), pero en esta nueva edición de Global Rhythm Press, se ha encargado de la traducción el gran Alberto Manzano, uno de los más importantes traductores —sino el que más, y si alguien piensa que exagero no tiene más que echar un vistazo a su obra como traductor— del imaginario pop de nuestro país. Como anécdota debemos decir que durante muchos años circularon entre los fans copias piratas de Tarántula como si se tratase del más espectacular de los conciertos de Dylan.
Tarántula ha sido comparada con el Finnegans Wake de James Joyce y con otras obras de vanguardia. Por ejemplo, Emanuele Bevilacqua en su Guía de la Generación Beat, escribió que el libro “acusa a su manera la influencia de William Burroughs” y que en sus páginas “Dylan mezcla la escritura automática con la técnica del cut-up formulada por Burroughs.” Para otros autores, como Howard Sounes, Tarántula no deja de ser un intento fallido por parte de Dylan de escribir una novela, y que ésta, no responde en absoluto a las expectativas que los seguidores del músico tenían. De esta manera se expresa Sounes sobre la obra de Dylan: “El libro estaba compuesto por breves fragmentos de versos libres sin signos de puntuación. Aparecían frases familiares de las letras de las canciones, así como nombres famosos. A veces las metáforas eran llamativas, otras veces resultaban divertidas pero se trataba del libro menos comercial de cuantos hubiesen sido escritos: ciento treinta y siete páginas llenas de notas de contraportada de un álbum de Dylan que no existía.”
En mi opinión, Tarántula no es otra cosa que un gran poema surrealista. Y es desde esta aproximación desde la cual se le puede extraer todo el jugo que sus páginas contienen. Si a alguien se le ocurre leerlo como una novela, difícilmente pasará de las primeras páginas, pues su estructura no responde a la idea convencional que el lector puede tener del término novela. De cualquier forma, los textos que conforman este primer intento de Dylan por escribir ficción, no se alejan de la línea poética de las canciones que el bardo de Duluth compuso por aquellos mismos años. El lector avispado ya sabrá que me estoy refiriendo a las canciones que componían sus álbumes Bringing It All Back Home, Highway 61 Revisited y, por supuesto, el ya mencionado Blonde on Blonde. Así pues, Tarántula es de carácter obligado para quienes deseen captar toda la esencia de Dylan en el período mágico de la década de los sesenta.

domingo, 3 de mayo de 2009

UN ANCIANO TARAREA UNA CANCIÓN EN EL PUENTE DE BROOKLYN (Walt Whitman)

Hoy, día veintiséis de marzo de mil ochocientos noventa y uno, Walt Whitman ha salido a pasear por las frías calles del invierno tardío de Nueva York. Él no lo sabe —quizás lo intuya— pero le quedan exactamente trescientos sesenta y cinco días de vida. Durante los próximos trescientos sesenta y cinco días, Walt Whitman reirá y llorará, se sentará junto a la chimenea o se refrescará con la brisa vespertina, oirá el canto alegre de los pájaros o se mojará el rostro con agua fresca al levantarse por las mañanas. Tal vez habrá días en los que se sorprenda a sí mismo pronunciando palabras como libertad, amante u océano.
Hoy, día veintiséis de marzo de mil ochocientos noventa y uno, Walt Whitman ha enfilado sus pasos cansados hacia el puente de Brooklyn. La gente que se cruza con él por la calle lo ve con la misma imagen que años más tarde lo soñará Federico García Lorca. Desde el puente, deja que su mirada se pierda en las turbias aguas del río. Con la mano derecha acaricia su enorme barba blanca rebosante de mariposas multicolores. Y empieza a tararear una canción.

LA APUESTA POR LA CULTURA EN LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA

El recuerdo no sólo destruye, sino que construye.
Eduardo Haro Tecglen


La II República Española fue un período repleto de luces y sombras, de aciertos y fracasos, de promesas cumplidas y deseos hechos añicos. No obstante, hoy que tantos aspectos se están cuestionando de aquel tumultuoso y apasionante momento histórico, hay algo que resulta del todo incuestionable: aquel 14 de abril de 1931, las mujeres y hombres de este país no apostaron sólo por un cambio de régimen político. Aquel día primaveral con aires de día festivo, la ciudadanía se echó a la calle por algo mucho más sustancial. La gente, tras siglos de pobreza, atraso, analfabetismo, y penurias de todo tipo, estaba ávida de pan y libertad, por supuesto, pero también de cultura, de libros, de obras de teatro, aunque la inmensa mayoría jamás había visto nada parecido.
Desde los primeros momentos del Nuevo Régimen, los dirigentes republicanos apostaron decididamente por la cultura. Las medidas de carácter educativo y cultural puestas en marcha por la República tuvieron que ver, principalmente, con la construcción de nuevas escuelas y con lo que se dio en llamar las Misiones Pedagógicas.
Lo republicanos españoles estaban dispuestos a que España dejara atrás su atraso secular, y para ello había que terminar, antes que nada, con el analfabetismo galopante que asolaba el territorio nacional. Gabriel Jackson estima que la mitad de la población de este país no sabía ni leer ni escribir en 1931. Para el Gobierno Republicano provisional el objetivo prioritario era la construcción, en cuatro años, de 27.000 escuelas de educación primaria que atendieran a un millón y medio de niñas y niños que no estaban escolarizados. Tanto Marcelino Domingo, primer Ministro de Instrucción Pública, como su sucesor al frente del Ministerio, Fernando de los Ríos, pusieron toda la carne en el asador para que su plan de construcción de escuelas, sobre todo en las zonas rurales, arribara a buen puerto. Para que nos hagamos una idea, ahí están los datos. Desde 1909 hasta la caída de la Monarquía, se construyeron 11.128 escuelas. Desde abril de 1931 hasta diciembre de 1932, se edificaron 9.600 nuevas escuelas. Y lo mismo ocurrió con la contratación de maestros. Sólo en los primeros meses se contrataron 7000 nuevos maestros, a los que se les subió el sueldo un 15 por ciento entre 1931 y 1933. Sin embargo, ambos ministros tuvieron que enfrentarse a numerosos problemas, sobre todo relacionados con la Iglesia Católica, decidida a defender con uñas y dientes (como se vio unos años después) los privilegios ancestrales de los que gozaban en materia educativa e incapaz de comprender, como sostiene Gabriel Jackson, que el objetivo prioritario de aquellas medidas era "proporcionar un mínimo de educación a todos los niños de España."
El otro gran hito cultural de la II República fueron las Misiones Pedagógicas. Si tuviésemos que explicarle a alguien completamente ajeno al tema qué significaron las Misiones, nada más esclarecedor que las palabras del periodista y escritor Eduardo Haro Tecglen en su libro El niño republicano: "iban por pueblos de hambre y miseria, y desde una cultura elevada llevaban romances, canciones, representaciones, a gentes que no sabían, literalmente, leer: pero que de pronto entendían, se veían a sí mismos representados, y a sus problemas: y reían, y gozaban." Esa era el objetivo principal de las Misiones Pedagógicas: acercar la cultura a personas que por su condición social y, sobre todo, por su situación geográfica, jamás habían tenido contacto con algo parecido a la alta cultura. El Patronato de las Misiones Pedagógicas estuvo presidido por Manuel Bartolomé Cossío e integrado por figuras de la talla intelectual y moral de Antonio Machado, Pedro Salinas, Luis Bello o Rodolfo Llopis, entre otros.
Desde mayo de 1931 en que fueron creadas, las Misiones Pedagógicas ofrecieron diversos servicios itinerantes, tales como bibliotecas (se repartieron más de cinco mil bibliotecas y más de medio millón de libros), obras de teatro, museo, cine, guiñoles y música. Todo ello gestionado, dirigido, puesto en marcha por personas que no cobraban por hacer este trabajo, es decir, hombres y mujeres que estaban allí por puro altruismo.
Una de esas Misiones Pedagógicas recaló por tierras granadinas. En el verano de 1933, concretamente del 14 de julio al 1 de agosto, las Misiones visitaron las Alpujarras y en lugares como Cañar, Soportújar, Pitres, Mecina, Fondales, Busquístar, Pórtugos, Trevélez y Bérchulez, se pudo ver por primera vez una película de Charlot, escuchar una sinfonía de Beethoven, o ver una reproducción de un cuadro de El Greco. Como anécdota hay que destacar que un joven José Val del Omar, actuó en calidad de cineasta para rodar un documental de aquellas jornadas.
Unido íntimamente al espíritu de las Misiones Pedagógicas estuvo el proyecto de teatro universitario liderado por Federico García Lorca: La Barraca. La idea del poeta y dramaturgo granadino no era otra que poner al pueblo llano en contacto con el mejor teatro que había dado la historia de la literatura, o como señala Ian Gibson, llevar un poco de “esperanza a comunidades que a veces daban la impresión de vivir todavía en la Edad de Piedra.”
Como ya sabemos, todo esto quedó truncado por el golpe militar del 18 de julio de 1936 y por la posterior Guerra Civil, con la barbarie que conllevó. Miles de maestros y maestras, de escritores, de intelectuales y gente de la cultura, fueron asesinados, encarcelados, depurados, silenciados, o simplemente se vieron obligados a exiliarse para salvar su vida. Para recordar la memoria de todas las personas que de una u otra manera pusieron su granito de arena para que aquellos proyectos fuesen una realidad, el Sindicato USTEA, junto con la Diputación de Granada y la Residencia de Estudiantes, ha puesto en marcha la exposición “Misiones Pedagógicas” que, entre el 1 y el 29 de abril, se puede visitar en la casa museo Ángel Ganivet, en la Cuesta de los Molinos. Sin duda, una gran ocasión para reconciliarnos con la memoria.


Este artículo apareció publicado en la edición impresa del Diario Ideal el día 12 de abril de 2009.

viernes, 1 de mayo de 2009

El psoe y la izquierda

Leía el otro día un artículo sobre Joan Herrera en el que el diputado de Iniciativa Per Catalunya decía que a Zapatero se le llena la boca de izquierdismo pero que a la hora de la verdad, ahí se queda todo. Comparto plenamente la teoría de Herrera. Y no sólo a propósito de Zapatero, sino de la plana mayor de su partido. De hecho, creo que el Presidente del Gobierno es quizás la figura más izquierdista que ha dado el PSOE en mucho tiempo. Por lo menos de boquilla. Y así nos luce el pelo. Tomemos, por ejemplo, la figura del ex-Presidente de la Junta de Andalucía. ¿Es Manuel Chaves un hombre de izquierdas? Francamente, no. Sus políticas durante los diecinueve años en que ha dirigido el cotarro, no han sido precisamente políticas sociales, comprometidas con los débiles, con las trabajadoras y trabajadores, con los pensionistas, apostando por lo público. De hecho, ya sabemos todos cómo ha dejado el cortijo: rozando el millón de parados, con el peor sistema educativo imaginable, con una sanidad que deja mucho que desear, con una cultura que da vergüenza ajena (no hay más que pasarse unos segundos por Canal Sur) etc., etc. Para esta gente, su cuota de izquierdismo está cubierta con poner a más mujeres al frente del ministerio o de la consejería de turno, o con aprobar leyes descafeinadas como la de Memoria Histórica o la de Dependencia, que luego no se llevan a la práctica. El nuevo presidente de la Junta, Griñàn, se define como socialdemócrata, y le jode que lo llamen neoliberal. Pero nunca le ha temblado el pulso, ni cuando era ministro con Felipe González, ni cuando ha sido consejero con Chaves, ni le temblará ahora que es el number one andaluz, a la hora de tomar medidas de carácter neoliberal (e incluso neocon, y estoy pensando concretamente en el Plan de incentivos de la escuela pública andaluza o Plan de Calidad). Pues a él le joderá, pero entre las políticas de su partido y las del pp, hay muy poquita diferencia, ¿o es que Rajoy no le hubiese dado también el dinero a los banqueros para que mejoren sus raquíticas cuentas bancarias y puedan disfrutar de ganancias multimillonarias? Claro que sí, a quien no se lo dan es a los que han perdido su empleo, porque si no el sistema se colapsa. ¡¡¡Vaya izquierda!!!