jueves, 7 de mayo de 2009

BOB DYLAN: PENETRANDO EN EL CORAZÓN DEL LABERINTO (1ª parte)

Desde hace unos años la figura de Bob Dylan ha alcanzado tal magnitud que es imposible aproximarse a ella sin sentir vértigo. Ocupa portadas en revistas especializadas y de información general, es objeto de películas como la que recientemente dirigió Martin Scorcese, No direction home, sus recitales —no olvidemos que desde el mes de junio de 1988 está inmerso en la “Gira de nunca acabar” que lo lleva a actuar en cualquier ciudad del mundo un día sí y otro también— se cuentan por llenos absolutos, sigue editando álbumes absolutamente demoledores que le han hecho estar de nuevo en la cresta de la ola, se le otorgan premios como el Príncipe de Asturias de las Artes y se le nomina al Premio Nobel de Literatura; su obra y su vida están siendo estudiadas hasta el más mínimo detalle. Por poner un solo ejemplo, si se introduce su nombre en el buscador de internet Google, aparecen más de 25.800.000 entradas. Y como señala Felipe Cabrerizo, existen más de cinco mil libros dedicados a estudiar algún aspecto de la ingente obra del genio de Minnesota. Cada vez resulta más normal encontrarse con uno de esos fans que se han dado en llamar “dylanitas”, y que no son otra cosa que adoradores extremos del ídolo, es decir, fans que siente una veneración cuasi religiosa por todo lo que tenga que ver con el autor de “Blowin in the wind”, comparándolo sin ningún tipo de pudor con personajes de la talla de Ghandy o el mismo Jesucristo.
Con todo esto, es evidente que cada vez resulta más complicado decir algo original sobre este músico que revolucionó el concepto de música popular. No obstante, vamos a hablar sobre tres libros que han sido publicados recientemente en nuestro país por la editorial barcelonesa Global Rhythm Press. En este caso, la originalidad radica en que estos tres libros son obra del propio Dylan, es decir, él es el autor del contenido de esos libros, mostrando otra faceta artística de su personalidad que no es demasiado conocida popularmente.
El primero de estos libros es Tarántula, una obra escrita en 1966, (año en que Dylan parió también uno de sus discos emblemáticos, el extraordinario Blonde on blonde), pero que no fue editada hasta 1971, entre otros motivos, debido al misterioso accidente de motocicleta que lo tuvo fuera de juego durante unos años. No es la primera vez que este libro se publica en nuestro país (existen dos ediciones anteriores, una de 1976, traducida por un tal Horacio Quinto y editada por Producciones Editoriales Juan José Fernández Ribera y otra de 1996, editada por Ediciones Júcar en su popular colección Los Juglares), pero en esta nueva edición de Global Rhythm Press, se ha encargado de la traducción el gran Alberto Manzano, uno de los más importantes traductores —sino el que más, y si alguien piensa que exagero no tiene más que echar un vistazo a su obra como traductor— del imaginario pop de nuestro país. Como anécdota debemos decir que durante muchos años circularon entre los fans copias piratas de Tarántula como si se tratase del más espectacular de los conciertos de Dylan.
Tarántula ha sido comparada con el Finnegans Wake de James Joyce y con otras obras de vanguardia. Por ejemplo, Emanuele Bevilacqua en su Guía de la Generación Beat, escribió que el libro “acusa a su manera la influencia de William Burroughs” y que en sus páginas “Dylan mezcla la escritura automática con la técnica del cut-up formulada por Burroughs.” Para otros autores, como Howard Sounes, Tarántula no deja de ser un intento fallido por parte de Dylan de escribir una novela, y que ésta, no responde en absoluto a las expectativas que los seguidores del músico tenían. De esta manera se expresa Sounes sobre la obra de Dylan: “El libro estaba compuesto por breves fragmentos de versos libres sin signos de puntuación. Aparecían frases familiares de las letras de las canciones, así como nombres famosos. A veces las metáforas eran llamativas, otras veces resultaban divertidas pero se trataba del libro menos comercial de cuantos hubiesen sido escritos: ciento treinta y siete páginas llenas de notas de contraportada de un álbum de Dylan que no existía.”
En mi opinión, Tarántula no es otra cosa que un gran poema surrealista. Y es desde esta aproximación desde la cual se le puede extraer todo el jugo que sus páginas contienen. Si a alguien se le ocurre leerlo como una novela, difícilmente pasará de las primeras páginas, pues su estructura no responde a la idea convencional que el lector puede tener del término novela. De cualquier forma, los textos que conforman este primer intento de Dylan por escribir ficción, no se alejan de la línea poética de las canciones que el bardo de Duluth compuso por aquellos mismos años. El lector avispado ya sabrá que me estoy refiriendo a las canciones que componían sus álbumes Bringing It All Back Home, Highway 61 Revisited y, por supuesto, el ya mencionado Blonde on Blonde. Así pues, Tarántula es de carácter obligado para quienes deseen captar toda la esencia de Dylan en el período mágico de la década de los sesenta.

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