jueves, 15 de octubre de 2009

El taxista de anoche


El taxista de anoche
se parecía a Tom Waits
Diego Vasallo

Anoche tenía prisa, mucha prisa, así que no me quedó más remedio que hacer algo que sólo hago en casos de necesidad extrema: tomar un taxi. Cuando me senté en el asiento trasero y mi mirada se cruzó en el espejo con el rostro del taxista, me di cuenta de que, como le ocurría a Diego Vasallo en la canción “Las huellas borradas”, mi taxista también era clavadito a Tom Waits. Te juro por el padre de Lisbeth Salander que me quedé alucinado o, como se dice en estos tiempos de botellón indiscriminado, lo flipé. El tipo lucía el mismo no-peinado, la misma mirada cuestionándose el mundo a su alrededor, las mismas patillas canosas, la misma perilla bajo su labio inferior, el mismo tatuaje en el brazo derecho... Joder, también llevaba un sombrero como los que usa Tom y una camiseta blanca de tirantes, como le gustan al viejo Tom. ¿A dónde vamos, amigo?, me preguntó con esa voz del tipo aguardentosatabaqueratomwaitsiana que tanto nos gusta a los seguidores del cantante californiano. Ya te digo, Tom Waits en persona. ¿Será que últimamente todos los taxistas, desde Donosti a Granada, se parecen al viejo Tom? Debe ser cosa del cambio climático

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