lunes, 23 de noviembre de 2009

La vida al límite

El sábado estuve en el cine viendo Celda 211, la nueva película del director Daniel Monzón, interpretada por Luis Tosar, Alberto Ammann y Antonio Resines, entre otros. Si mal no recuerdo, esta es la tercera película que dirige Monzón, después de El corazón del guerrero y de La Caja Kovak. Y aquí sí que se puede decir aquello de que a la tercera va la vencida. Menudo peliculón ha rodado Daniel Monzón. Basada en la novela homónima de Francisco Pérez Gandul (novela que no he leído, por cierto, pero que trataré de leer en breve) y con guión del propio Daniel Monzón y de Jorge Guerricaechevarría, la peli narra la historia de un motín carcelario en la prisión de Zamora, motín que estalla precisamente el día que, Juan, un nuevo funcionario de prisiones, está a punto de empezar a trabajar en dicha cárcel. Por una de esas casualidades que tiene la vida, el nuevo funcionario de prisiones se ve envuelto en todo el embrollo y el tío se la juega haciéndose pasar por un nuevo preso. No voy a contar nada más. Sólo decir que Luis Tosar interpreta a Malamadre, el preso que dirige el motín, y más o menos, el rey de la cárcel. Un tío súper violento, sin nada que perder, y al que le importa todo, tres leches. Tosar está inconmensurable. Sinceramente, no creo que un actor pueda hacer un trabajo actoral mejor que el de Luis Tosar en esta película. Llevaba yo mucho tiempo sin ver una interpretación tan real, tan creíble, tan emocionante, tan visceral, tan al límite. En mi opinión, el tío está al mismo nivel que un Robert de Niro en Toro salvaje, un Al Pacino en El precio del poder, o un Javier Bardem en No es país para viejos. Pero no sólo Tosar. El resto del reparto está genial. Alberto Ammann interpretando a Juan Olivier, el funcionario de prisiones que, poco a poco, se va transformando; o Antonio Resines, dando vida a Utrilla, otro carcelero, éste violento y macarra, que se pasa las leyes por el arco del triunfo. Por cierto, visto con la perspectiva que da el tiempo, este es el cuarto o quinto papel extraordinario que le recuerdo a Resines, después de sus interpretaciones en, por ejemplo, La buena estrella o La caja 507.
Yo no he pisado una cárcel en mi vida, ni siquiera de visita y no sé si lo que cuenta esta película es real o no, pero lo que tengo clarísimo es que es totalmente verosímil. Todo me resulta creíble, el comportamiento de los presos, su manera de hablar, de moverse, ese ambiente opresivo, claustrofóbico que se debe respirar entre las paredes de una prisión, etc. Lo mismo me sucede con los funcionarios y con el director de la prisión. Si las cosas no son así realmente, deberían de serlo, porque yo salí de la sala convencido al cien por cien.
Durante algunos momentos, Celda 211 me recordó a otra magnífica película, Haz lo que debas, de Spike Lee, aunque en realidad ambas no tengan más parecido que la manera en que la violencia se va extendiendo como un reguero de pólvora, incluso entre la gente que a priori no es violenta. De hecho, al final, la conclusión que yo extraje fue, que la violencia, como decía Martin Luther King, es un acto completamente inútil, que sólo engendra más violencia y de la cual resulta muy difícil escapar. Así que si esta tarde tienes un rato libre y te apetece ver algo grande de verdad, te recomiento que no te pierdas Celda 211, la nueva película del director Daniel Monzón, interpretada por Luis Tosar, Alberto Ammann y Antonio Resines, entre otros. Y luego me lo cuentas.

2 comentarios:

  1. La novela es igual o más acojonante que la película y además distinta. Sin una historia como la que contiene no se podría haber hecho un peliculón como este. Telmo.

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  2. Amigo Telmo, muchas gracias por tu información. No te quepa la menor duda de que leeré la novela.
    Salud

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