viernes, 19 de febrero de 2010

Un poco de autobombo (II)

Hace unos días me enteré de manera casual de la existencia de "Crítica poética y contracrítica", un blog "libérrimo", independiente de cualquier poder fáctico, económico, editorial, etc., que se dedica a la crítica literaria de la obra poética que se publica en nuestro país o, quizás sería más acertado, decir en nuestro idioma. En el propio blog se explica, de manera detallada, las coordenadas por las que se mueven las cinco personas que forman el grupo. Curioseando un poco por las entradas antiguas he visto que no tienen ningún reparo en hacer una crítica negativa a determinados popes de la poesía actual, como Carlos Marzal. También hablan mal de los suplementos literarios, tipo Babelia, y de críticos como García Posadas. Coño, me he dicho, esto promete. Y vaya que promete. Los tíos no tienen ningún empacho en poner a parir a autores del establishment. De igual manera, no tienen ningún problema en alabar un poemario publicado por una editorial pequeñita, de un pequeño pueblo del estado español, de manera casi artesanal y anónima.
Pero vamos a lo que vamos. Resulta que los miembros de este blog han instaurado el Premio Ausias March, para el que ellos consideran el mejor poemario editado durante el año. La votación se lleva a cabo entre todos los libros que hayan recibo durante un determinado período de tiempo. Y la eligen los cinco miembros del blog. La terna del pasado ejercicio estaba formada por 264 libros. Y los premiados han quedado como siguen:
Ganador por unanimidad, es decir, 5 votos: Cuadernos, del poeta recientemente fallecido José María Millares.
Accésit del premio Ausiás March (tres votos): Fámulo, de Francisco Ferrer Lerín y Archivo expiatorio. Poesías completas (1961-2009), de Oscar Hahn.
Finalistas del premio Ausiás March (dos votos): El ave fénix sólo caga canela (y otros poemas), de Ángel Cerviño; Merma, de Benito del Pliego; El camino Ullán, de Eduardo Milán; La marcha de los 150.000.000., de Enrique Falcón y Puerto Rico Digital, de Julia Piera.
A lo que vamos. Uno de estos cinco críticos, en su votación, ha optado por mis Versos de alambre de espino, como uno de los mejores libros de poemas editados en España durante el pasado 2009, lo que no está nada mal. Puede parecer que un único y solitario voto no es nada del otro jueves, pero si tenemos en cuenta que el último poemario de Juan Gelman, el de Rafael Espejo, el de Joan Margarit, el de David González o el de Tomás Segovia, por poner sólo algunos ejemplos de autores de renombre, han obtenido un solo voto, pues qué queréis que os diga, que me parece que está de puta madre. Además hay otros muchos que no han conseguido ni ese solitario voto: Felipe Benítez Reyes, Guillermo Carnero, José Emilio Pacheco, Martínez Lage, Yolanda Castaño, Carlos Marzal y un larguísimo etcétera, por nombrar algunos de los nombres que más cotizan. En fin, no está nada mal para alguien que publica en la más absoluta independencia, apenas sin medios (aunque esto se suple con muchas ganas, ideas frescas, desparpajo y el buen gusto de mi colega Rafael Quintero en todo lo tocante a la parte estética), sin ningún tipo de apoyo institucional, y por encima de todo, algo de lo que estoy ciertamente orgulloso: sin concursos y sin mamoneos. Vamos, que no me llevarán nunca a "La estación azul" de Radio3, ni al programa de Vigorra, pero resulta que los que saben de esto de la poesía, y se atreven a llamar a las cosas por su nombre, me eligen entre los mejores del año. Misterios insondables de la literatura.

1 comentario:

  1. Enhorabuena, Rafa. Cosas así son las que te hacen tomar aire, levantar el pecho y para adelante. Trabaja y suerte.

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