sábado, 14 de mayo de 2011

La Biblioteca Pública de Berja

El viernes 13 por la tarde, estuve en la Biblioteca Pública de Berja, en Almería, leyendo una selección de mis poemas, en una de esos encuentros con autores que organiza el Centro Andaluz de las Letras. No era esta la primera vez que me acercaba por Berja por motivos literarios, pues ya en mayo de 2008, estuve impartiendo un taller poético del cual guardo un gratísimo recuerdo. Las personas que se acercaron ayer a escuchar mis poemas eran, básicamente, las mismas que habían estado en las cuatro sesiones que duró aquel taller. No obstante, pude ver otras caras nuevas e incluso la de algunos amigos, como Javier y Natalia, a los que hacía tiempo que no veía, y con los cuales pude compartir un buen rato de poesía y de amistad.
Pero vamos a lo que realmente importa. Al frente de la Biblioteca Pública de Berja está Rocío Domínguez, una excelente profesional y mejor persona que, con poquísimos recursos, pero dosis ingentes de imaginación y de trabajo, realiza una labor de divulgación literaria que merecería no un premio, sino todos los premios del mundo. Rocío ha puesto en marcha un Club de lectura, en el que, mensualmente, un grupo de personas se reúne en torno a un libro, casi siempre una novela, para cambiar impresiones, ideas, emociones, etc. Todo esto compartiendo una taza de té o un café y una pastas. Además del Club de lectura, hay otras muchas actividades, tales como presentaciones de libros, cuentacuentos o juegos para niños.
Creo que en muchos municipios andaluces tener una biblioteca pública tan dinámica como la de Berja es una suerte y me da la impresión que la mayoría de los vecinos del pueblo (de los políticos municipales ni me voy a molestar en hablar) no saben valorar en su justa medida el hecho de contar, al frente de su biblioteca, con una persona tan activa, tan emprendedora, tan imaginativa, y al mismo tiempo tan humilde como es Rocío Domínguez. Sinceramente, cada vez que he ido por la Biblioteca de este hermosísimo pueblo almeriense he sentido una sanísima envidia de ver el grupo tan compacto de mujeres (sobre todo) y algunos hombres que se mueven en torno a este espacio cultural. Y sólo me queda añadir que leer mis poemas ante este grupo humano fue, en la tarde del viernes, un lujo y un placer.

1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.