Lo arrancó con sus manos tímidas.
Lo colocó sobre la piedra de la cocina.
Cogió, después, el cuchillo más afilado
de cuantos tenía a mano.
Con mano firme empezó a cortar.
Pequeños trozos de carne oscura
materia derrotada en descomposición.
Y allí quedó, sobre la piedra inerte,
descuartizado, hecho pedazos,
pobre corazón.
MANIFESTO ECOPOÉTICO
-
Salud y poesía a todo el mundo y a toda flora y fauna que lo habita:
helechos felices, cereales y poetas, gatos de la calle y gatas de la luna,
traba...
Hace 7 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.