viernes, 27 de enero de 2012

Ningún infierno como Auschwitz-Birkenau

Cuando el día 27 de enero de 1945, tras media década de guerra, con unos cuantos millones de personas muertas, otros cuantos millones de desplazados, y el continente europeo sumido en la barbarie, el hambre, la miseria y el dolor, un destacamento de soldados soviéticos lograron atravesar las compuertas de Auschwitz-Birkenau, no eran capaces de dar crédito a lo que sus ojos, aquellos ojos acostumbrados a todo, aquellos ojos que habían visto las imágenes más dantescas que se puedan imaginar, tenían antes ellos. Aquel era, sin duda alguna, uno de los lugares más siniestros de cuantos haya ideado la mente humana. Y es que no se puede olvidar jamás que en Auschwitz-Birkenau, la locura humana alcanzó las más altas cimas imaginadas.

En estas tierras situadas en el corazón de Europa, el régimen nazi de Adolf Hitler, levantó lo que podríamos denominar una industria de la muerte, pues eso, y no otra cosa, era Auschwitz-Birkenau. Dirigido en última instancia por Heinrich Himmler, por allí pasaron varios miles de personas, sobre todo judíos, pero también eslavos, y prisioneros de guerra de otras nacionalidades, entre ellos algunos republicanos españoles. Nadie es capaz de dar una cifra exacta, a pesar de que los responsables del luger, fueron metódicos y sistemáticos a la hora de registrar todas y cada una de las muertes que tuvieron lugar en los tres campos de concentración que formaban el complejo que ha pasado a la historia como Auschwitz. Lo que sí parece claro es que entre un millón y medio y dos millones y medio de seres humanos murieron aquí, la mayoría de ellos gaseados en las cámaras de gas y después quemados en los hornos crematorios. Pero también muchos apaleados, electrificados, de hambre, etc. Porque en los campos de concentración nazis se mató tanto y de tantas maneras que es imposible enumerarlas todas. Además de por las cámaras de gas, por los hornos crematorios, por los apaleamientos, por las torturas sistemáticas, etc., Auschwitz es tristemente célebre por los experimentos del médico Josef Mengele. El terrible médico nazi se dedicó durante varios años a poner en práctica sus bárbaros experimentos médicos con seres humanos, sobre todo con mujeres (los relativos a la esterilización) y con parejas de gemelos (los relacionados con genética), con la idea de crear una súper raza de seres arios. Por este campo de concentración pasaron personas que luego han sido relevantes figuras de la política, de la literatura o de la música. Entre los más importantes podemos nombrar a la joven holandesa Ana Frank, que moriría poco antes de que el campo fuera liberado, o el escritor italiano Primo Levi, autor de la Trilogía de Auschwitz, donde en tres libros de lectura obligada para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad, narra con todo lujo de detalles cómo era la vida cotidiana en el luger y lo poco que valía el ser humano. 

Aquel 27 de enero de hace sesenta y siete años, el Ejército Rojo liberó a unos siete mil prisioneros que se hallaban aún en las instalaciones del campo de concentración. La mayoría de estas personas se encontraba famélicos y su estado de salud era tan terrible que no tuvieron ni siquiera fuerzas para celebrar lo que tanto tiempo llevaban esperando: poder ser liberados. Sirvan estas palabras como homenaje a todas las mujeres y todos los hombres que perdieron la vida por culpa de la sinrazón del fascismo, del nazismo, del franquismo. Ojalá que sus verdugos, tanto los responsables directos como los que miraron para otro lado, se pudran eternamente en el infierno. Aunque dudo que exista un infierno más terrible que Auschwitz.

 

 


martes, 24 de enero de 2012

Donde yo no te esperaba

He escuchado una canción de Leonard Cohen.

Te he encontrado en ella.

Entre sus versos sonámbulos y tristes.

Allí estabas tú.

Donde yo no te esperaba.

domingo, 22 de enero de 2012

¿De qué hablamos cuando hablamos de Fraga?

Como ya sabéis, Manuel Fraga Iribarne ha muerto. Tenía ochenta y nueve años de edad y toda una vida dedicada a la política. Si alguien que no tuviera ni la más remota idea de quién ha sido este hombre en la historia más reciente de este país, se parara a leer los obituarios que la mayoría de la prensa española ha publicado estos días, a ver los reportajes que han pasado en los diferentes telediarios o a escuchar las programas de radio más o menos afines a la ideología del fallecido, la imagen que esa persona obtendría de él, sería, en mi opinión, cuando menos, parcial.
Numerosos han sido los elogios hacia la figura de Fraga tanto desde el PP (se entiende) como del PSOE (se entiende, pero un poco menos), y sobre todo por parte de la prensa más conservadora de este país: “padre de la Constitución”, han dicho algunos; “Defensor a ultranza de la democracia”, lo han llamado otros; e incluso hay quien se ha atrevido a calificarlo como un “trabajador incansable en pos de la libertad”. En fin, vivir para ver.
Sin embargo, no podemos ni queremos olvidar que Manuel Fraga fue durante siete años de su vida Ministro de Información y Turismo (que no era otra cosa que el encargado de dirigir la propaganda del gobierno de Franco). Ahí es nada. El tipo encargado de hacer la cirugía plástica a un régimen político completamente impresentable para que pareciera un poco menos abominable de lo que era. Esto, en la práctica, quiere decir que Fraga participó, apoyó, alentó, estuvo de acuerdo con las decisiones que salieron durante siete largos años de aquellos consejos de ministros presididos por uno de los dictadores más sanguinarios que ha dado el siglo XX. Y no podemos olvidar que algunas de las decisiones tomadas en aquellos cónclaves ministeriales tuvieron que ver con la muerte de seres humanos, con ejecuciones sumarísimas, y con otras muchas barbaridades cometidas contra los más elementales derechos humanos. Fraga Iribarne fue durante toda su vida un feroz anticomunista, antisindicalista, antifeminista, antitodo lo que tuviera que ver, siquiera remotamente, con la libertad y con la democracia. Impresentables fueron sus argumentos defendiendo al régimen franquista por el fusilamiento del militante comunista Julián Grimau e impresentables fueron sus palabras ensalzando a Franco tras su muerte.
Pero aún hay más. En el año 1976, con Franco bajo tierra, Fraga Iribarne ostentó el cargo de Ministro de Gobernación en el gobierno de Arias Navarro (otro fascista que tal bailaba). Como tal, fue el máximo responsable político de la muerte de cinco trabajadores vascos y de más de un centenar de heridos en Vitoria-Gasteiz el día 3 de marzo. Y así podríamos seguir con otras muchas hazañas de tan ínclito hombre.
Hablar de Fraga Iribarne no es sólo hablar de Constitución y del Partido Popular, como nos quieren hacer ver algunos. Hablar de este hombre es, también, hablar de camisas azules, de saludos fascistas, de mujeres rapadas y aceite de ricino, de censura informativa, de miedo y represión, de silencios impuestos, de paseos en la madrugada, de cadáveres junto a las tapias de los cementerios, de exilio y dolor, de banderas victoriosas y ademanes impasibles, de dieciochos de julio y unos de abril, de impunidad nacionalcatólica, de censura y manipulación informativa, de NO-DO y autoritarismo, de dictadura y dictadores.
Ya sabemos que cuando una personalidad de este tipo fallece, todo son parabienes y alabanzas. Además, cuando son ancianos, esta clase de hombres ya no parecen tan fieros (nos acordamos ahora de un envejecido Pinochet intentando esquivar a la justicia o del mismo Franco poco antes de morir) pero dentro de ellos sigue palpitando con la misma intensidad, o tal vez con más fuerza si cabe, la mala leche que han demostrado durante toda su vida. Sería una falta de respeto absoluta hacia la memoria de todas las personas que sufrieron en sus carnes las aberraciones del régimen franquista no dejar bien claro que Fraga fue uno más de ellos: uno de los asesinos de razones y de vidas.

jueves, 19 de enero de 2012

lunes, 16 de enero de 2012

Requiere...

Requiere más coraje la alegría que la pena. A la pena, al fin y al cabo, estamos acostumbrados.

Eduardo Galeano

sábado, 14 de enero de 2012

La nueva película del PP

El nuevo gobierno del PP, con su flamante presidente, Mariano Rajoy, a la cabeza, y Soraya Sáenz de Santamaría en su papel de fiel escudera, una vez pasados los trámites de formación, nombramiento de nuevos ministros, de secretarios de estado, de directores generales, y toda la parafernalia de los juramentos ante los crucifijos y la biblia, ha empezado a tomar sus primeras medidas.

Ya, por fin, sabemos de qué va la película. Hasta ahora todo eran especulaciones, pues tanto en la campaña electoral de noviembre, como en las semanas que han precedido a la formación de gobierno, nadie con autoridad en el Partido Popular había dicho esta boca es mía. No obstante, éramos muchos los que intuíamos qué era lo que se nos venía encima.

No ha sido hasta las reuniones de los primeros consejos de ministros cuando han empezado a mostrarnos los primeros trailers. Habían corrido ríos de tinta sobre cómo sería la nueva entrega del Partido Popular. Unos hablaban de comedia; otros pensaban que sería una historia de amor y luego estaban los que se inclinaban por el género negro, pensando en personajes como Camps, Mata, Fabra y compañía y hasta los había, qué ingenuos, que creían que se trataba de una de ciencia ficción. Al final hemos visto, por fin, que el amor y las risas no aparecen por ninguna parte. Y aunque la corrupción está siempre ahí, hemos descubierto que la nueva película del Partido Popular, interpretada por Rajoy, Sáenz de Santamaría, Ruíz Gallardón, Matos, de Guindos, Montoro y compañía es, sin duda, una película de terror. Pero no una cualquiera. Qué va. La nueva película de Mariano Rajoy es una de esas que hacen que te cagues de miedo desde los primeros títulos de crédito.

Y es que el argumento de la segunda parte del gobierno popular viene plagado de recortes sociales, de reformas fiscales que atacan despiadadamente a los trabajadores, de subidas de impuestos, de ataques desmesurados contra las clases medias, de mentiras que quieren parecer verdades, de apoyo a los ricos, de juegos malabares con las palabras, de congelación de las ofertas de empleo público, etc. etc. Por supuesto, detrás de todas estas medidas subyace un trasfondo ideológico que, ahora, en estos tiempos de crisis económica, de desempleo masivo, de miedo colectivo se ha hecho más fuerte y además (ellos son muy conscientes de esto) va a encontrar menos resistencia, pues mucha gente está tan desesperada que es capaz de comulgar con ruedas de molino.

En los próximos meses iremos viendo otras secuencias, otras escenas, otros protagonistas de esta película. Pero ya están las cartas bocarriba. Ya sabemos de qué va todo esto. Y qué queréis que os diga, no augura nada bueno.

miércoles, 11 de enero de 2012

Evidencias

Ella me pidió evidencias de mi amor.

Así que me abrí el estómago

de par en par, para que pudiera ver

cientos de mariposas multicolor

revoloteando por allí.

lunes, 9 de enero de 2012

El amor según Eduardo Mendoza

A medida que pasa el tiempo más me convenzo de que el amor es pura teoría. Una cosa que sólo existe en las novelas y en el cine.

Eduardo Mendoza

sábado, 7 de enero de 2012

Autobiografía (XVII)

Observo el mar.

Su piel azul,


que palpita nerviosa.


Su ir y venir.


Siempre el mismo.


Siempre otro.



Pienso en ti.



Soy casi feliz.

viernes, 6 de enero de 2012

Enloquecer

—Vayamos arriba —comentó ella—. Me gustaría follarte hasta enloquecer.

John Lawton

miércoles, 4 de enero de 2012

Discos de segunda mano

Una de mis aficiones favoritas (de entre las confesables, of course) es darme una vuelta por tiendas de segunda mano en busca de libros, de música, de películas. Disfruto como un enano en este tipo de tiendas. Y cuando encuentro alguna joyita mi éxtasis es casi místico. En la ciudad de Granada hay algunas tiendas de segunda mano francamente buenas. Si uno va con el tiempo y la paciencia suficientes, puede encontrar auténticas joyas. Durante años me he hecho asiduo a todas estas pequeñas tiendas: Atlas y Tagore, sólo ofrecen libros; Subterránea tiene una buena sesión de vinilos de segunda mano, y en Reciclaje, que es una diminuta tienda situada en la calle San Jerónimo, uno puede comprar cds, vinilos (tanto lps com singles), dvds, y libros, muchos, buenos y variados libros. Es muy raro que yo entre a cualquiera de estas tiendas y salga con las manos vacías. Y se puede decir que últimamente estoy siendo bastante afortunado.
Hace unos días, en Subterránea, conseguí un vinilo prácticamente nuevo de esos que llevaba buscando media vida, y sobre el que incluso ya había escrito algo en el blog. Se trata de La rueda de la fortuna, del grupo mallorquín La Búsqueda. Un disco editado en el año 1991, con una preciosísima portada (una fotografía del artista Domingo J. Casas), por el que, francamente, suspiraba.
Ayer por la tarde tuve lo que se podría calificar como otro gran golpe de suerte. Conseguí dos álbumes míticos en mi ideario particular. El primero es el disco compartido que editaron Paco Ibáñez y el Cuarteto Cedrón en el año 1977. En la cara A, el genial cantautor valenciano pone su inconfundible voz a seis poemas de Pablo Neruda; en la cara B, el cuarteto argentino hace lo propio con otra voz imprescindible de la poesía hispanoamericana: Raúl González Tuñón. El disco es una auténtica joya, y no lo digo sólo por el contenido, que lo es, sino por el continente. Tiene una doble portada y se abre en cuatro partes. Por supuesto, vienen los poemas escritos y a todo esto, hay que añadir un texto explicativo de José Manuel Caballero Bonald y fotos de los dos poetas iberoamericanos. Un claro ejemplo de cuando los discos eran obras de arte conceptuales.
La segunda pepita de oro que encontré ayer responde al nombre de Ecos de danzas sufí, y lo firma el simpar Franco Battiato. A este álbum le tengo un cariño especial. En 1985 yo tenía quince años y escuchaba cada tarde un programa que se emitía en Radio Popular de Córdoba. Lo dirigía y presentaba Ángel Vázquez, un tío del que yo aprendí mucho sobre música, y que era un auténtico fan del cantante italiano. Ni que decir tiene que yo caí también en la red. Así que este Ecos de danzas sufí fue uno de los primeros discos que yo compré. Lo hice en una cinta de casete que todavía está dando vueltas por ahí. Ayer, por fin, lo conseguí en vinilo. No estuvo nada mal la tarde.

lunes, 2 de enero de 2012

Cuando Bernarda Alba recogía chatarra

Documentos TV es, con toda seguridad, uno de los programas con más solera y con más calidad de cuantos se emiten en las paupérrimas parrillas televisivas españolas. Para estrenar el nuevo año, los responsables del programa pasaron, en la noche del día 1, un extraordinario documental: “Una casa para Bernarda Alba”, dirigido por Lidia Peralta, en 2011.
La película narra la historia de ocho mujeres gitanas que viven en el poblado chabolista de El Vacie, en las afueras de Sevilla. Un territorio donde se hacinan novecientas personas, en unas condiciones terribles de pobreza y marginación, y donde el desempleo fulmina todas las marcas habidas y por haber. Un lugar al que alguien en la película define de manera certera como “un despropósito, un grito, un lamento”. Un lugar que debería hacer que a los políticos, a los gobernantes, a esos que cobran sus grandes sueldos del erario público y viven tan cómodamente, se les cayera la cara de vergüenza, si la tuvieran (la vergüenza digo, que la cara ya sabemos que la tienen y bien dura). Como decía, la película está protagonizada por ocho mujeres cuyas vidas se desarrollan en unas condiciones sanitarias, culturales, económicas que dejan mucho que desear y sin embargo, han demostrado, que con un poco de ayuda y con muchas ganas de superarse, son capaces de cualquier cosa.
La historia empezó cuando el grupo de teatro Atalaya decidió poner en marcha el proyecto “Teatro imaginario” para trabajar con personas socialmente excluidas. Lo primero que Pepa Gamboa, directora de la obra, pensó fue que en El Vacie, como quien dice, a la vuelta de la esquina, podía encontrar la materia prima que andaba buscando para montar una versión de “La casa de Bernarda Alba”, la inmortal obra de Federico García Lorca.
Y así fue. Ocho mujeres de diferentes edades, pero con algo en común: excepto una de ellas, una adolescente de 16 años, todas eran completamente analfabetas. A pesar de este hándicap, dieron lo mejor de sí mismas y consiguieron encarnar a los personajes que García Lorca creara hace casi ochenta años, con una honestidad y una valentía que suple con creces sus carencias técnicas.
En el documental podemos ver cómo el éxito, entre comillas, no afecta en absoluto a la vida cotidiana de estas mujeres, a pesar de que pasan de la miseria más absoluta de su poblado chabolista a representar la obra en grandes escenarios teatrales de toda España e incluso de otros países como Alemania o México, codeándose con personajes mediáticos de la televisión, con políticos (siempre al acecho para colgarse medallas que no les pertenecen) e incluso con la ministra Ángeles González Sinde, quien asiste impávida a una entrega de premios, donde una de estas mujeres, reivindica su derecho constitucional a tener una vivienda digna. Pero ella como si oyera llover.
Una de las cosas que más sorprenden del documental es ver cómo, simultáneamente al éxito de la obra, estas mujeres sufrían en sus carnes el rechazo racista y xenófobo de una sociedad que les niega la entrada a un bar o a una tienda de lujo, con la idea preconcebida de que por ser gitanas y pobres, llevan malas intenciones.
Al final, a uno se le queda un regusto en la boca como de mala leche, pues descubrimos que el cuento de hadas no era tal, ya que como comenta una de las protagonistas, “No comemos del teatro, nuestra vida es la de siempre, comemos de la chatarra. Actrices somos a lo mejor una vez al mes, pero gitanas somos toda la vida”. Lo peor de todo el asunto es que a estas alturas de la vida, sigan existiendo los asentamientos chabolistas, y que un montón de gente tenga que vivir de manera infrahumana, rodeados de ratas, basura y mierda. Y a pesar de todo esto, ocho mujeres han demostrado que son capaces de todo.

domingo, 1 de enero de 2012

El nuevo año

A pesar de…
El paro, la subida de impuestos, la congelación de los salarios, el gobierno, la oposición, el Congreso de los Diputados, el Senado, las comunidades autónomas, los corruptos, las elecciones autonómicas que están a la vuelta de la esquina, las corporaciones municipales, la familia real, el yerno, el Papa, la conferencia episcopal, los curas, los ladrones de guante blanco, los banqueros, los mercados financieros, los especuladores, la Bolsa, la prima de riesgo, Angela Merkel, Nicolás Sarkozy, los tecnócratas, los recortes sociales, el desmantelamiento del estado del bienestar, las centrales nucleares, los malnacidos de Israel, el tráfico, la UE, el IPC, el IVA, el PIB, el IRPF, el FMI, la CIA, CC. OO, UGT, la SGAE, la agricultura transgénica, los conflictos armados, la violencia de género, la mala leche colectiva, el neoliberalismo, los madrugones, la (mala) televisión, el cáncer, el dolor ajeno y el propio, los terroristas ultracatólicos noruegos, los yihadistas, el Alcalde de Poyales del Hoyo, Barack Obama, el precio de la gasolina, las revistas del corazón, la Duquesa de Alba y el mamón de su hijo, los telediarios, la prensa del régimen, las compañías telefónicas, la muerte, los accidentes laborales, las inundaciones, los best-sellers, las pequeñas tragedias cotidianas, las calles en obras, los discos de Alejandro Sánz, las mierdas de perro por las aceras, la escasez de aparcamiento, el arte subvencionado y un largo etcétera…
Te deseo, a ti que lees estas líneas, todo lo mejor para el nuevo año.