jueves, 14 de marzo de 2013

Quimeras


Bajábamos,
por las mañanas,
caminando
hasta la playa,
que a esas horas
siempre estaba desierta,
me dijo.

Fue el invierno
que llovía a todas horas.

Siempre hablábamos
de comprar un perro
y llamarlo Hemingway,
porque a ella le encantaba
Por quién doblan las campanas
y lo había leído miles de veces.

Pero nunca lo hicimos.

Fue uno más
de nuestros frustrados
proyectos en común.

Una más
de nuestras estúpidas quimeras.

Donde el océano empieza a hacerse blanco hay una isla...

(De Tarareando canciones de Radio Futura)

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