miércoles, 17 de julio de 2013

Noticias desde Negra y criminal



Ayer fue uno de esos días que a uno lo ponen contento. Y mira que últimamente, entre los mensajitos del Rajoy, las declaraciones del Bárcenas y el Urdangarín en los Juzgados, la comparecencia del Wert en el Congreso, las primarias amañadas del PSOE andaluz y otros mamoneos varios, hay pocos días de esos. Pero como digo, ayer fue un buen día.
Os cuento lo que me ocurrió. Al abrir el correo electrónico por la mañana me encontré en la bandeja de entrada con un correo electrónico de Paco Camarasa. Para quien no lo conozca, tengo que decir que este señor es, probablemente, el librero más importante de este país. Junto a su señora, regenta la librería Negra y criminal, que está en el Barrio de la Barceloneta, en la muy negrocriminal ciudad de Barcelona. Esta librería es algo más que un sitio al que ir a comprar un libro. Se ha convertido por derecho propio en un reducto de resistencia contra esa hidra del capitalismo que son las abominables grandes superficies, además de una de las pocas tiendas especializadas en literatura policiaca, detectivesca, criminal que hay en el estado español. Algo así como la aldea de Asterix pero en librerías. Bueno, a lo que íbamos. Paco Camarasa me envió un correo, muy breve, no llegaba a las cincuenta palabras, y sin embargo, me llenó de alegría. La cosa iba de lo siguiente: Hace unas semanas, yo escribí y publiqué una reseña sobre Peores maneras de morir, la última novela de mi admiradísimo Francisco González Ledesma. Se titulaba “El niño republicano que soñaba con escribir novelas policiacas” y la puedes leer pinchando aquí. Paco me contaba en su correo que imprimió mi texto y se lo pasó a FGL, que tiene ya ochenta y pico años, y está convaleciente aún de un ictus que sufrió hace un tiempo, por lo que no puede leer como ha leído toda su vida. Pero la que sí puede leer es su mujer, Rosa, y ella se encargó de leerle al maestro mis palabras sobre Méndez, su inspector de policía, y sobre su última novela. Acababa Paco su correo dándome las gracias en nombre de FGL, “por tus palabras, que le gustaron y emocionaron mucho.”
Yo le contesté con otro correo al amigo Camarasa, en el que le decía los siguiente: “Nunca he pretendido ser crítico literario, simplemente hablo de los libros que me gustan, de los personajes que se me clavan por dentro, de las historias que, incluso después de cerrar el libro, no me dejan en paz. Eso es exactamente lo que me ocurre con la obra del maestro González Ledesma. Y Peores maneras de morir me ha parecido magnífica.
Uno supone que para un escritor como Francisco González Ledesma, cuya obra es reseñada en los grandes medios, como El País o El Mundo, y que fue ganador del Premio Planeta, una reseña escrita por un mindundi como el abajo firmante, no debería significar nada. Pero se ve que sí, que sí significa algo. Y quiero creer que la razón no es otra que la sinceridad. González Ledesma sabe, como lo saben Paco Camarasa y también su señora, que a mí no me llevan a escribir motivos comerciales. No tengo que hacerle la pelota a nadie, así que escribo lo que siento, de la manera en que lo siento. Por eso mis palabras emocionaron a un tipo curtido como el autor de Crónica sentimental en rojo, porque siente que lo que estoy diciendo lo estoy diciendo desde el corazón.
En fin, no está nada mal que a uno, de vez en cuando, le digan cosas bonitas. Aunque sólo sea muy de vez en cuando.

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