viernes, 20 de junio de 2014

Una pequeña satisfacción



Esta tarde me he llevado una pequeña satisfacción, de esas que hacen que uno se reafirme en sus convicciones y ayudan a que se recarguen las pilas. Había salido a llevar a mi hija a una fiesta de cumpleaños y después me he acercado a Artemis, la tienda de camisetas de mi amiga María, para recoger una camiseta que me había hecho. Cuando he llegado, la tienda estaba aún cerrada y me he sentado en la puerta a esperar a que llegara María y abriera. Mientras esperaba ha pasado un chico con su pareja. A este chico lo conozco de encontrarme con él en algunas presentaciones de libros de las que se hacen en la librería 1616 Books, de aquí de Salobreña. Al pasar junto a mí, la pareja me ha saludado y ha seguido su camino. Pero tres o cuatro segundos más tarde, se han vuelto los dos y el chico me ha dicho que su mujer, que al contrario de lo que ocurre con él, no es lectora compulsiva, se había leído mi último libro, Un mundo lleno de canciones de amor espantosas. Entonces la chica me ha comentado que le había encantado el libro y que le había parecido una obra valiente y necesaria. Y él, antes de continuar su camino, ha añadido, sonriendo, Rafa, no dejes nunca de escribir.

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