Julio
agoniza y como cada mes se reúne el comité de expertos para otorgar el premio
al Neoliberal del Mes. En esta ocasión, la reunión ha tenido lugar en la plaza
del pueblo, a la sombra de un álamo centenario que escapó indemne a la última
remodelación de tan querido espacio público, llevada a cabo por el
ayuntamiento. Tenemos que señalar que
este árbol es el único que escapó sano y salvo de los desmanes urbanísticos de
nuestros queridísimos concejales de urbanismo, que acabaron sin contemplaciones
con todos los demás miembros de su familia.
Pero
vamos a lo que realmente nos interesa. El premio al neoliberal del mes de
julio, recae en esta ocasión, no en una sola persona, como venía siendo lo
habitual hasta ahora, sino en un grupo. Y es que, tras una breve deliberación,
el jurado ha decidido, de manera unánime, otorgar el premio a la familia Pujol.
La portavoz
del jurado, la señora Paca, ha indicado, con una amplia sonrisa surcando su
rostro, que hubiese sido una tremenda injusticia que la familia Pujol no se
hubiese alzado en esta ocasión con tan preciado galardón. Si alguien merece
este premio, son ellos.
La
verdad, —ha dicho la señora Paca con esa simpatía natural que la caracteriza—,
es que esta familia merece este premio como el que más. Y para nosotros hubiese
sido francamente complicado elegir entre tan fecunda prole, a un solo miembro,
para que se llevara nuestro premio. Qué se lo repartan entre todos, ea, —ha
concluido la portavoz con ánimo conciliador.
Entre los
méritos esgrimidos por el jurado para concederle este premio a uno de los
clanes más importantes no sólo de Cataluña, sino de todo el estado español, y
si me apuran de toda Europa, están los mil y un tejemanejes en que están
envueltos los hijos de Jordi Pujol y Marta Ferrusola. A saber: Oriol Pujol está
imputado en el caso de las ITV; la hija pequeña recibió un piso de protección
oficial, según informaba ayer mismo Antena3, de 120 m2, en uno de los sitios
más chulos de la ciudad de Barcelona; la propia mujer del ex President de la
Generalitat tiene acciones en un montón de empresas, más turbio todo que las
aguas del rio Ter; pero tal vez el caso más llamativo sea el del primogénito de
quien fuera el hombre más fuerte de Cataluña y uno de los más importantes de
este país durante varias décadas. Efectivamente, nos estamos refiriendo al ojito
derecho del President, el que lleva su nombre, Jordi Pujol Ferrusola, un tipo
nacido para el lujo y el despilfarro o como dicen en mi pueblo, para vivir como
un marqués, pero de los de antes. Cochazos de lujo, hermosas casas
desperdigadas por todo el mundo, comisiones ilegales, estafas, y cuentas
bancarias rebosantes de pasta gansa. Entre el muchacho y su señora esposa, Mercé
Gironés Riera, tenían montado un chiringuito financiero que no veas como marea.
No vamos a enumerar todos y cada uno de
sus chanchullos porque podríamos estar aquí varias horas escribiendo, pero
créanme si les digo que la cosa es de aúpa. De todo esto se deduce que los
hijos de Pujol ya eran emprendedores cuando nadie usaba el tan traído y llevado
término, porque ser emprendedor, al fin y al cabo, no es otra cosa que sentir
una ambición desmedida por el dinero, algo que a estos chicos les encanta.
De cualquier
manera, la señora Paca lo ha dejado bien claro. Lo que ha hecho que el jurado
se decida por la familia Pujol para concederles este premio en el mes de julio,
ha sido la confesión del capo, el molt
honorable presidente Pujol, hace unos días. Ya sabéis, lo de la evasión de
impuestos y las cuentas en el extranjero y la herencia del padre que le ocultó
a su hermana y todo lo demás.
Para
terminar, la señora Paca ha dicho: Enhorabuena a la familia Pujol y ojalá que
disfruten tanto al recibir este premio como nosotros hemos disfrutado concediéndoselo.
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