Me clavó
su mirada
ardiente
en los ojos
y me dijo:
déjalo ya,
nadie puede
derrotar
al sistema.
Y tú no vas
a ser la
excepción.
Tal vez
tengas razón,
contesté,
pero déjame
al menos
que lo intente.
Sólo así sabré
que el sistema
es del todo
invencible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.