Hoy todas
las personas que aún albergamos esperanzas estamos de enhorabuena. Este país,
desde mayo del año 2010, había sido entregado como botín al voraz e insaciable neoliberalismo
internacional. Entre el FMI, el BCE, la UE y otros organismos internacionales
que velan por los intereses del capitalismo salvaje, con la inestimable ayuda
del PSOE de Zp, primero, y con la del PP de Rajoy, después, han descuartizado
el estado de bienestar que tantos y tantos esfuerzos había costado levantar. A
día de hoy, en el estado español el estado de bienestar es un ente agónico, a
punto de pasar a mejor vida.
Pero como
digo, hoy, todas las mujeres y hombres que durante estos años de estafa, estos
años de shock neoliberal, estos años
en los que el robo y la corrupción han campado a sus anchas, nos hemos opuesto
con uñas y dientes al gran desfalco, todos los que hemos salido a las calles
del país a defender los derechos laborales, todos los que hemos participado en
huelgas generales contra las reformas laborales impulsadas por el PPSOE, los
que hemos ido a los desahucios a decir que NO, que a la gente no se la podía
echar de sus casas, todas esas mujeres y todos esos hombres, digo, hoy, estamos
de enhorabuena. Y es que desde ayer, muchos ayuntamientos de este país, serán
dirigidos por personas como tú y como yo, es decir, personas que han estado
luchando contra el shock neoliberal.
Personas como Ada Colau, como Manuela Carmena, como Joan Ribó, como José María
González, como Pedro Santiesteve, como Francisco Guarido, como Dolors Sabater, como
Xulio Ferreiro, que dirigirán los ayuntamientos de sus respectivas ciudades.
Personas que vienen de sitios distintos pero que caminan hacia el mismo lugar:
el bien común de la gente común.
Por una
vez quiero ser optimista y voy a pensar que los próximos meses van a estar
llenos de alegrías. Todas estas personas y muchas otras que gobernarán en pequeños
ayuntamientos, nos van a dar muchas satisfacciones. Hemos visto —en realidad todo
el que ha querido ver, lo ha visto— que sí se puede. Con gente como ellos cualquier
cosa es posible. Todas esas milongas que nos habían contado no eran más que
burdas mentiras para que un amplio grupo de plutócratas se pegara la gran vida
a costa de todos nosotros.
Ya se han
anunciado las primeras medidas. Muchos de estos nuevos alcaldes ya han dicho
que se bajarán el sueldo. Ayer mismo, el diario británico The Guardian anunciaba una bajada de sueldo de más de ciento cinco
mil euros para la regidora del ayuntamiento de la segunda ciudad de España, que
pasará de los 140.000 euros al año que cobraba Xabier Trías, su antecesor en el
cargo, a los 35.000 euros al año que va a cobrar Ada. Carmena ha anunciado una
bajada de un 50 % en su sueldo. Y ha asegurado que viajará en transporte
público. El nuevo alcalde de Cádiz, Francisco González, ha anunciado que su
sueldo será de 1880 euros, o sea lo que cobraba como profesor de secundaria en
la Junta de Andalucía. Joan Ribó, el nuevo alcalde de Valencia, irá al trabajo
en bicicleta. Xulio Ferreiro, el alcalde de A Coruña, ha preferido estar esta
mañana en un homenaje a la científica María Wonenburger, antes que en un Ofrenda
del Antiguo Reino de Galicia al Santísimo Sacramento, celebrada esta mañana en Lugo;
Pedro Santiesteve, el alcalde de Zaragoza, ha dejado muy claro que su intención
es “dar
la vuelta a un modelo social radicalmente injusto que socava la dignidad humana
y subvierte los derechos más elementales” y Francisco guarido, el nuevo alcalde
de Zamora, nada más tomar posesión de su cargo ha anunciado que su prioridad serán
las políticas sociales “para favorecer
a los que menos tienen”. Se
trata sólo de gestos pero ¡qué gestos!
Quiero pensar
que este es el principio de una nueva forma de hacer las cosas. A partir de
ahora nadie se va a tragar que un
alcalde o alcaldesa tiene que cobrar un sueldo estratosférico por hacer un
trabajo por el que otro cobra dos mil euros al mes. No es posible que la
alcaldesa de mi pueblo, que no llega a los 14.000 habitantes, tenga un sueldo
más alto que la alcaldesa de Barcelona. Si ocurre eso, es que algo falla. Y
todos sabemos lo que es.
Y por
cierto, no estaría nada mal que la nueva presidenta de la Junta de Andalucía, la
socialista Susana Díaz, tomara ejemplo de Ada, de Manuela o de Francisco y recortara
su sueldo y el de los demás miembros de su gobierno. A lo mejor así empezamos a
respetarlos.
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