Fría como la lava candente.
Blanda como la roca sombría.
Luminosa como el silencio
herido
de
la madrugada.
Eterna como una pompa de jabón.
Diminuta como una cordillera
que
se alza hasta el cielo.
Oscura como la nieve africana.
Agresiva como una paloma blanca.
Indestructible como las alas
desgarradas
de
una luciérnaga.
Febril como el nacimiento de un
río.
Espesa
como el agua clara.
Sólida como una lágrima
que
recorre el rostro de un niño.
Enigmática como la piel tersa de
una manzana.
Impúdica como una mujer que está
hecha
de
pétalos de albahaca.
Transparente como una noche sin
luna.
Real como el unicornio
que
pace solitario en la pradera.
Así es Adela.
(para
Adela, que hoy cumple doce años)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.